bailarín y coreografo Dominicano radicado en Madrid donde realiza estudios de artes visuales y danza en la universidad Rey Juan Carlos.
Se formó como bailarín en el Sistema Nacional de Escuelas Libres del Ministerio de Cultura de la República Dominicana. En el 2010 se convirtió en profesor de Danza Folklórica y Contemporánea de ese mismo proyecto. Ha pertenecido al Ballet Folklórico Nacional Dominicano, a la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, Danza UASD, Premios Soberano y un sin número proyectos nacionales e internacionales. Actualmente está radicado en Madrid realizando estudios en Artes Visuales y Danza en el Instituto Universitario Alicia Alonso en la Universidad Rey Juan Carlos. Paralelo a esto está realizando una serie de proyectos audiovisuales y trabajos coreográficos.
• ‘’Exhalando’’, expulsando con todos los elementos que me proporciona mi cuerpo, con una sutil mezcla de altivez, orgullo, paz, serenidad y sinceridad, desprendo todo lo que no es útil en mi entorno cotidiano. Todo esto mediante la utilización, como elemento fundamental y creativo, el texto de julio Cortázar ‘’instrucciones para subir una escalera de espaldas’’.
La literalidad del texto nos sugiere cómo hacer algo cotidiano, como subir una escalera de una manera distinta a lo convencional, es capaz de aportarnos una visión nueva y distinta de las cosas. Si al subir una escalera del modo habitual vamos dando la espalda a un mundo que se va ampliando fuera de nuestra vista, el hacerlo justamente al revés nos da la oportunidad de captar esa magnitud de las cosas que lo convencional nos oculta. Darse la vuelta en la subida de la escalera nos permite ir ampliando nuestro campo de visión a cada peldaño y nos enriquece en experiencia. Esa forma de hacer las cosas se nos presenta como un consejo valido para cualquier aspecto de la vida.
Queda sin explorar en la visión del autor otra faceta que nos hace apreciar, vincularnos con el texto y juzgarlo oportuno para nuestro propósito: la faceta del distanciamiento, de la expulsión consiente, de la despedida contemplativa. Al subir las escaleras al revés no solo abrimos nuestro campo de contemplación, también nos enfocamos hacia el objeto de la contemplación que se enriquece en cada peldaño y lo hacemos distanciándonos inconscientemente en cada peldaño llevándonos a la paradoja de mejorar la visión del objeto al mismo ritmo que nos separamos de él.
Tal vez por la idea del ritmo de la subida peldaño a peldaño, tal vez por la propia musicalidad del texto, tal vez por su poética visión o tal vez por todo ello junto; el texto de Cortázar nos sirve de introducción e inspiración a esta acción sugiriendo a los danzantes la exhalación generosa del propio aliento, símbolo fugaz y etéreo de cuanto se ha expresado.