
Todo el mundo ha conocido en su casa esa caja de galletas mentirosa, esa caja de hojalata de galletas danesas que esconde secretos nada golosos. Esa caja azul, que en otra vida fue el hogar de dulces y ricas pastas de mantequilla, y que ahora guarda botones, hilos, imperdibles y dedales. Que decepción para ese niño que, mientras sus padres están atareados en otro lugar, se sube a la silla de la cocina a coger una galleta y encontrarse ahí objetos tan poco....comestibles.
En este número que conviven la magia, el clown y la interacción con el público, un niño acaba de encontrar una caja de galletas. No puede contener la emoción y, tras mirar hacia los lados y preguntar al público si debería abrirla o no, se dirige a ella, la abre y... ¡qué desilusión! En la caja no hay más que hilos, imperdibles y dedales... Pero la desilusión y los niños nunca van de la mano, y pronto empezarán a ocurrir cosas mágicas con esos dedales, con el hilo e, incluso, ¡con una pequeña bailarina de papel! Reconvertida pues la caja de galletas esta vez en caja de música, no habrá ni rastro de dedales, hilo ni botones, y tal vez, ahora sí, este niño grande encuentre sus preciadas galletas...
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Qué maravilla y sobre todo qué bonito trabajo!